La experiencia no es más que la sabiduría obtenida y que queda tras el paso por cometer un error o errores. Nadie enseña más y mejor que algo mal hecho, porque nos graba a fuego que eso no puede volver a pasar y nos lleva a buscar la forma de conseguir que ese hecho negativo no vuelva a repetirse. Esto no quiere decir que volvamos a caer en un error, el ser humano es especialista en tropezar más de una vez en la misma piedra, muchas veces por candidez, otras por testarudez, otras por estupidez, pero hasta el más cabezota termina por entender que un error siempre será un error, por muchas vueltas que quieras darle, por mucho que lo sazonemos con otros elementos para camuflar el mal sabor de boca que deja, en todo momento nos llevará a ese punto en el que comprenderemos que siempre estuvimos equivocados. Y eso es la experiencia, el resultado que queda tras admitir por fin que no teníamos razón, que tenemos que aprender, estudiar, analizar, y caminar por otras vías con nuevas herramientas que nos permitan llegar más lejos.
Por qué no me convertí en un escritor de éxito, quiere ofrecerte la posibilidad de que no tengas que pasar por el trago de una travesía aciaga hacia la experiencia, para ello te muestra lo que hizo mal el autor durante todo el proceso en el que te encuentras inmerso o que aún no has iniciado. De esta manera sabrás que si sigues sus pasos terminarás en el mismo punto en el que acabaron los suyos. Simplemente es necesario mirar con ojos humildes, y tener ganas de aprender. Lo cual no quiere decir que como escritor lo que te aporta el libro quizá lo veas irrelevante o no tan importante como hubieras pensado en un principio, pero has de dar esa oportunidad, porque puede ser que te topes con todo lo contrario y encuentres en él un tesoro que te ayude a afrontar ese momento tan incierto para un escritor: «Bueno, ya he publicado mi libro. ¿Y ahora qué?»