Córtame las alas es un libro difícil de clasificar, ya que es un libro claramente cargado de elementos fantásticos, pero que quiere llegar a un público adulto. ¡Lo pueden leer los niños? Sin duda. ¿Entenderán todo lo que subyace en los argumentos de cada relato? Probablemente no, pero eso es lo interesante en el trabajo de María, que llega bien al público adulto y encaja perfecto con el infantil y juvenil. Porque estos últimos se van a quedar con la superficie, con los ángeles, los trolls o los vampiros. Digamos que se entretendrán con la parte más “divertida” de cada historia, sin querer ahondar en lo que hay detrás. Y lo que hay detrás es una mujer que le grita a la sociedad a su manera.
María está en todos los textos, en todos los personajes, en algunas situaciones, se puede sentir que algunas de estas están sacadas del diario de la vida de uno, en el que se apuntan las cosas interesantes, las emocionantes y las dolorosas, esos cuadernos en los que nos volcamos cada día sin saber muy bien por qué lo hacemos, pero con la necesidad de hacerlo. Y esa sensación sobrevuela sobre estas historias cargadas de simbolismo. Y esos sentimientos los comprenden esas personas que ya han tenido un bagaje por la vida, que se han enfrentado a diferentes situaciones que pueden ser similares o quizá no, pero si que han conocido de una forma u otra como es el sentir de otros al respecto. La vida enseña y esa enseñanza nos da la oportunidad de ver más allá de ese orco avaro o de ese ángel sin alas.
Por todo ello, nos encontramos con un libro de fantasía que es para todas las edades, que tiene argumentos para todas las edades, los que están a simple vista y los que se asoman tras el biombo de la vida.